De supermanes y otras categorias de ciudadanos
El pueblo español ha elegido a sus representantes. José Luís Rodríguez Zapatero y su partido político han ganado las elecciones. Enhorabuena.
En sentido amplio debemos estar orgullosos de nuestra democrática manera de funcionar, donde, dejando a salvo lamentables coacciones terroristas, cada uno puede marcar en su papeleta la opción que considere más interesante, bien para el, bien para todos los españoles.
Lo normal, sería, que cuando dejara de hablar de “sentido amplio” y pasara a hablar de “sentido estricto” comenzará a deslucirme con comentarios tendenciosos. Intentaré no caer en la tentación. Resulta difícil vestirse de Superman y volar hacia las nubes para que las cosas claras, sean vistas claramente y las presuntas, presuntamente. De mi cultura jurídica (mucho más que política) viene mi respeto por la verdad. En el campo del derecho civil, la verdad es una especie de pacto entre las partes, una “verdad dispositiva”. En el Derecho Penal, en el cual se protegen los intereses de todos los españoles y no sólo los de los implicados, se busca la “verdad material”. Es decir, lo que esta probado es verdad, y lo que no esta probado se presume. La presunción (iuris tantum) te podrá favorecer o perjudicar, pero la contraparte tendrá la opción de deshacer la fuerza de la presunción probando su posición.
En un campo tan delicado como la política, donde todo son habladurías, especulaciones, acusaciones y, comentarios interesados, calumniadores y casi siempre electoralistas, lo mínimo es que los españoles respetemos la “verdad material” y no discutamos partiendo de argumentos que hemos leído en algún lado o escuchado decir. No debería haber ni siquiera presunciones. Debería haber una exigencia continúa de justificación de actuaciones y de prueba de declaraciones. En este pais, la política parece una conversación de café. Quizá por eso, a la vez, las propias conversaciones de café ya no sean ni siquiera eso.
A la vez, es vergonzante el afán del español medio por ponerse una camiseta (PSOE, PP, IU,…) y defenderla como si fuera su familia o su mejor amigo. Da igual la medida que tome el partido correspondiente, si la toma “mi partido” es maravillosa…ahora bien como la tome el rival…sólo quedará criticar, y ya veremos cómo (eso es lo de menos). ¿A que viene esta alienación? ¿Por qué no damos un paso adelante y nos vestimos de Superman? ¿Cuándo empezaremos a ser nosotros mismos, y nada más que eso?
Sin ir más lejos, el otro día, en una merendola entre amigos, una vez abrasadas todas las carnes programadas, ingeridas ellas, y, lubricadas con “calimocho” tocó ejercer nuestra “baja españolía”. Haciendo un análisis objetivo no dejaban de verse acérrimas defensas de cada uno de nosotros al partido al que votamos. No solo eso, en cada uno de los comentarios, casi siempre mezclados con los de otros (¡cuánto nos cuesta escuchar!) se apreciaba un patriotismo, no español, sino partidista, ridículo. Como conocía bien a los contendientes, llegué a escuchar planteamientos y defensas que ni los propios contendientes sentían o pensaban (porqué los conozco, repito). Le dije a un buen amigo…”tu no piensas eso”, el respondío…”Si, Javi, claro que pienso eso”…”tu no piensas eso” repetí. Su cara vibró, abrió los ojos con franqueza y espetó…”Javi, podré hablar por mi mismo el día que me desafilie”
Es triste que así funcione la política en nuestro país. Ahora bien, el problema no es tanto que los afiliados se pongan firmes ante los planteamientos de sus “superiores”, la cagada es que el bullicio que pasea por la calle funcione análogamente recibiendo ordenes de su entorno, su familia, amigos, políticos, contertulios, periodistas…
Por eso a mi amigo yo le digo, “Afiliado has sido y eres una persona anulada, pero si te desafilias y hablas por ti mismo, para mi ya serás, de entre el bullicio, un Superman volador”. Y, en este caso, conociéndolo, volará.
2 comentarios
rubo -
Carlos Ara -
"Yo pienso, luego existo." Claro que sí, pero al pueblo pan y circo. Y con esto no quiero parecer un crítico del actual sistema.
La semana siguiente a los comicios, leí que más del 60 por 100 de los votantes del PP exigían de su partido una oposición más dura, crítica e intolerable que nunca.
Yo lo primero que pensé fue que parece que a todos se nos olvida el fin último del sistema. ¿Qué son las elecciones en sí mismas? ¿Ser de uno u otro y luego alegrarse o llorar como quien es del Barça o del Madrid?
Desde 1978 participamos del primer régimen democrático CONSENSUADO de toda nuestra Historia. Desde entonces hay un marco que hay que seguir desarrollando.
Por eso, coincido con Javi: enhorabuena a Zapatero y al PSOE. Pero no me quedo ahí: ¡ánimo! Y no sólo a este partido,también al resto. Están representando a nuetsra sociedad, a los deseos de todos, el cómo queremos que avance nuestro Estado.
Crítica constructiva. ¿Cómo se puede estar ya hablando de las elecciones del 2012?
Para muchos proyectos, los más importantes, se van a precisar apoyos mutuos.
Le pensaba mandar un artículo a Javi pero ya que estoy contestando por aquí aprovecho. Así que un Gobierno puede hacer mucho para luchar contra la inflación, ¿no?. Qué barbaridad. El que se haya sobreponderado y correlado el mayor porcentaje del crecimiento de nuestra economía al sector inmobiliario es un retardo histórico. La burbuja inmobiliaria y el fin de la época dorada del crédito ha traído consecuencias y tocado por igual en toda Europa y EE.UU. por igual. Y el que sube los tipos, auténtica medida para luchar contra las tensiones inflacionistas es Trichet.
Cuestión aparte es qué va a pasar precisamente con esa subida a medio plazo en los hogares españoles. Quien no tiene un hipoteca tiene dos. La inflación supera a la rentabilidad del ahorro. Y los costes financieros de las hipotecas se incrementan, posible solvencia pero nada de liquidez.
¿Es aplicable la Ley Consursal a los particulares? Me remito a las costas y al estado en el que llegan las familias a la administración concursal.
¿Incentivar a los inmigrantes adelantándoles rendimientos descontados para que se vayan?
Eso sí que me parece una aberración, no por el fin, que ya se veía venir ya que toda esa mano de obra ahora en paro se iba a la construcción. Pero bastante jodidos vamos ya como para pagarles el viaje de vuelta.